Deseo primero amar, y que amando, también sea amada.
Y que, de no ser así, sea breve en olvidar y que después de
olvidar, no guarde rencores.
Deseo también tener amigos, y que, incluso
malos e inconsecuentes, sean valientes y fieles, y que
por lo menos haya uno en quien pueda confiar sin dudar.
Y porque la vida es así, deseo también tener enemigos.
Ni muchos ni pocos, en la medida exacta, para que,
algunas veces, me cuestione mis propias certezas.
Y que entre ellos, haya por lo menos uno que sea
justo, para que no me sienta demasiado segura.
Deseo además ser útil, mas no insustituible.
Y que en los momentos malos, cuando no quede más nada, esa utilidad sea suficiente para mantenerme en pie.
Si todas estas cosas llegaran a pasar, no tengo más nada que desear.
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